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viernes, 17 de abril de 2015

¿Por qué dos blogs? Por el tercero. BSR XIV




                                                        Morir a tu lado, Vicentico


Apariencia / Esencia…
Aparecer / Desaparecer
Ilusión / Realidad
Representación / Presencia
Sombra / Luz
Figura / Ausencia
Palabra / Silencio

La reveladora canción de Vicentico que anuncia el blog hermano www.viaamoris.blogspot.com, me da pie a explicar y explicarme por qué escribo en dos blogs. ¿Acaparadora?, ¿indecisa?, ¿ambigua?, ¿contradictoria? Todo y nada.

Dos blogs, uno aparentemente más ortodoxo y teológico (teología, el vano anhelo de llevar la lógica a Dios); el otro, aparentemente más literario, libre, permisivo. Aparentemente…, aparencia de dos blogs, cuando es un único blog.

Dos blogs porque yo también, como todos, vivo en el mundo sin ser del mundo, en la re-presentación de este mundo que está pasando, porque todo está empezando a caer, como canta Vicentico, aunque no queramos verlo. En el mundo sin ser del mundo…, con el anhelo de unidad que nos anima y nos mueve a todos, lo sepamos o no.

Dos blogs, como los pares de aforismos de Louis Cattiaux, que quedan unificados y trascendidos por un tercer aforismo, "aparentemente" difícil de comprender, pero sencillo si se nos abre el entendimiento.

Dos blogs que son tres. El tercero, el verdadero, el original, no hace falta escribirlo ni leerlo, se escribe solo y está al alcance de todos, porque pertenece a la dimensión de lo Real, y allí se expresa en el idioma de los pájaros o canta con la música callada al Nombre sobre todo nombre, al Verbo, la Palabra, anterior a todas las palabras.

Tercer blog,  que estos otros dos sueñan y en el que se miran. Tercer blog, tercer canto, tercer poema…, único Poema, que no se escribe con bolígrafo ni pluma ni teclado, no se escribe con neuronas ni memoria limitada, Poema que, como todo lo que es de la Verdad, está ya escrito, y lo escrito escrito está. Por ti, por mí, por nosotros, en esa dimensión de eternidad de la que somos y a la que regresamos.

Ya lo intuía el anónimo poeta del Romance del Conde Arnaldos, y lo cantaba con estilo paradójico, como se suele expresar lo inexpresable: Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va.


                  
                                          Romance del Conde Arnaldos, Amancio Prada


Seguiré escribiendo, "aparentemente" yo, en estos "aparentes" dos blogs, definitivamente locos para el mundo, o ajenos al mundo aunque sigan en el mundo. No podía ser de otra forma si su única referencia es ya, como la mía, la Esencia Original, un Dios que se hace Hombre por amor, un Rey que se deja humillar y asesinar como un delincuente y reina desde un patíbulo: nosotros predicamos a Cristo crucificado, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.

Nosotros predicamos... Hoy -siempre es Hoy- se nos envía de nuevo -todo es Nuevo- a predicar, comenzando por Jerusalén, que eres tú y soy yo.

Todo está empezando a caer, dice la canción, todo cae en la representación de este mundo que pasa, está pasando, pero no queremos verlo. Hemos puesto un velo entre nosotros y esa realidad, un velo o telón que solo se levanta cuando el equilibrio ficticio y anestesiante es alterado por una enfermedad, una muerte o un magnífico desastre, que diría Zorba el griego, un acontecimiento aparentemente trágico que acaba revelando su centro de Luz, esa llama que encendió el primer Resucitado, alegría de los hombres, nuestro Camino de regreso a la Vida verdadera.


                                             
                                   Jesús, alegría de los hombres, Bach, por Sissel Kyrkjebo

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