Gratis habéis recibido, dad gratis. Mateo, 10, 8










martes, 24 de enero de 2012

Todos los hombres y ninguno


                                            
                                                                                     Intimior intimo meo.

                                                                                       San Agustín


                                                   Te tengo grabada sobre las palmas de las manos.

                                                                                         Isaías 49, 16


Camino por la calle Desengaño
de la mano de ese Hombre
que es todos los hombres y ninguno.
Camino por la calle Desengaño
de la mano del Amor.
Esta noche, cuando abandone el cuerpo
en el colchón frío de enero 
y me disponga a atravesar consciente
los velos del sueño,
lo haré deshojando un pensamiento
agradecido y fiel
hacia ese Hombre
que es todos y ninguno,
al que nunca, nunca, abandonaré
porque Él es más íntimo a mi ser
que los latidos de mi corazón.





     Libre te quiero, Amancio Prada
                                                       Poema de Agustín García Calvo



sábado, 14 de enero de 2012

¿Para el polvo y para el viento?



  
          He puesto en mi dormitorio, junto a las de mis sobrinos, una foto de la niña de un año que fui. La había olvidado cuando mi padre me la regaló con un marco rojo. Es aquella en blanco y negro en que la niña, con expresión seria y algo triste, mira hacia arriba mientras sujeta una muñeca mulata, demasiado grande para un bebé. Alguna mañana miro a la niña y le prometo no volver a defraudarla, me propongo lograr que no haya nacido en vano.
            Alguna mañana y muchas noches, mientras me desnudo, converso con la niña que fui y le aseguro que no voy a dejar que muera –que muramos– para el polvo y para el viento. Después de hablar con esa niña seria de ojos tristes, que sujeta con cuidado maternal su muñeca, me siento más responsable, y vuelvo a afrontar mi destino como el que empieza a conocer el idioma en el que fue escrito, e intuye el sentido de alguna cláusula resolutoria.



¿Y ha de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero,

la voz que fue a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?

¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?
¿Los yunques y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?

                                                 Antonio Machado


viernes, 6 de enero de 2012

Sin miedo y sin deseo




  
          No espero nada, no temo nada de este año que comienza con el cielo grisáceo de los inviernos en que la tristeza parece cubrir la alegría. Pero a lo lejos, por el este, empiezo a vislumbrar otra textura del aire, a percibir otra frecuencia en el silencio, otro ritmo en la luz, y miro como el que ha descubierto el único espejo en el que quiere mirarse.

            No voy a hacer balance de lo que va quedando a la espalda, hoy más erguida, ni quiero saber si fue bueno o malo, pues solo es humo que se desvanece. A través de la ventana, un jirón azul va creciendo, desperezándose, mientras las nubes se apartan a su paso y el gris de su textura algodonosa se va volviendo blanco al contacto de la luz.

            Es buena forma de empezar el año, sentirse nube grisácea con vocación de blancura, deshaciéndose gozosa en el azul que guarda la luz y a veces se esconde, sabio y generoso, para que encuentre el camino de regreso.





           

domingo, 1 de enero de 2012

Año Nuevo


El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor;
el Señor se fije en ti y te conceda la paz.
     
                                          Números 6, 24-26


            Dar una bendición crea aquello que dice. La bendición tiene que ver con la afirmación de la bondad original del otro.
                                                                                              Henry Nouwen


            Entremos en el nuevo año con alegría y confianza, saliendo definitivamente del sueño que nos impide reconocer nuestra bondad esencial. Acojamos con gratitud y buen ánimo la bendición que el Señor nos ofrece sin cesar, conscientes de que Él, fiel a su promesa, está con nosotros siempre (Mt 28, 20), en cada acontecimiento, cada encuentro, cada ausencia, cada palabra, cada silencio, cada alegría y cada tristeza, porque nada ni nadie nos puede separar de Su amor (Rom 8, 38-39).
            Teniéndole a Él de nuestra parte, nada logrará abatirnos ni robarnos la paz. Entonces, como decía la optimista y audaz Juliana de Norwich hace más de seiscientos años, todo irá bien, y todo irá bien, y toda clase de cosas irán bien (all shall be well, and all shall be well, and all manner of things shall be well).