Gratis habéis recibido, dad gratis. Mateo, 10, 8










jueves, 2 de abril de 2015

Mujeres de Jerusalén. La Pasión; personajes secundarios III

 
“Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado”. Entonces empezarán a decirles a los montes: “Caed sobre nosotros”, y a las colinas: “Cubridnos”;porque, si esto hacen con el leño verde, ¿Qué harán con el seco?”. 
                                                                                        Lucas 23, 28-29
 


                                      Jesús cargado con la cruz, Giovanni Battista Tiepolo


          Hijo, hermano, padre, esposo…, todos los hombres que amamos caben en un Hombre que camina encorvado por el peso de una cruz hacia la muerte. Dijo: “no lloréis por mí…”; y lo entendimos bien, porque, al llorar por él, llorábamos ya por nosotras y por todos los desgarros que habían de venir, que aún han de venir. Qué libro profético tan claro y doloroso, su cuerpo torturado…
 
          Ya lo han crucificado entre dos delincuentes. Toda la historia cabe en este instante. En esa cruz está todo el universo, y en ese cuerpo que agoniza cabe toda la humanidad, la muerta, la viva, la por nacer. En ese dolor supremo, están contenidos los dolores del mundo en todas las épocas. En ese amor extremo y perfecto, cabe todo el amor imperfecto de los hombres que han esperado, muchas veces sin saber que lo esperaban, un Salvador que les abriera las puertas de la Vida. En esa madre que contempla la agonía del Hijo, están todas las madres de todos los tiempos. Nosotras, nuestras madres, las madres de nuestras madres y todas las que aún no han nacido. También tú.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario