Gratis habéis recibido, dad gratis. Mateo, 10, 8










lunes, 6 de junio de 2011

El trofeo


                                                                                           La atención absoluta es oración.

                                                                                                                       Simone Weil

          Mientras leo el periódico, en la tele transmiten la final del Roland Garros entre Nadal y Federer. Aunque no suelo ver competiciones deportivas, el movimiento preciso y eficaz de esos cuerpos atléticos atrapa mi interés y me hace recordar cómo debo escribir, trabajar, vivir hoy, siempre: los sentidos alerta, los reflejos bien entrenados, sabiendo que el triunfo o la derrota dependen de movimientos, pensamientos, emociones que tienen lugar en décimas de segundo.
          No se puede bajar la guardia; hay que mantener la atención, intensa, firme, constante, sin perder sutileza ni transparencia.
El trofeo de metal, que en tierra batida Nadal casi siempre acaba mordiendo, el dinero, un millón doscientos mil euros para el vencedor, el aplauso a tan extraordinarios deportistas y nobles contendientes son lo de menos. Los dos saben, aunque tal vez no recuerden que lo saben, que el premio, hoy y siempre, son ellos mismos: su voluntad, su conciencia, su libertad, su alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario