Presente, Vox Dei
Abajo, la letra de esta canción, tan llena de "resonancias" para el que quiere escuchar.
Presente, instante eterno, ojo de aguja, puerta estrecha, eje vertical que abre y cierra el tiempo y nos conecta con el Origen al que regresamos.
Todo lo ha hecho bien, leemos que decían de Jesús en el
Evangelio de hoy. Porque todo lo hacía
en el presente, donde todo es perfecto, todo es real y
estamos a salvo de la mentira, de lo falso.
Vivir
en presente es ser libres. Sin miedo ni deseo, y, como se dice en italiano, en
una expresión con la que llevo años dialogando: senza rimorsi e rimpianti; sin remordimiento ni lamento…
Es
uno de los regalos de este verano: haberlo recordado, para esta vez vivirlo
“del todo”. No soñar, no fantasear, no desvivirse en los proyectos, en la
imaginación, no distraerse con momentos pasados que ya no son. Tampoco
buscarnos en la energía, que parece presente y es solo canto de sirenas
traicioneras, pero, sobre todo, soltar ya el eco de esa energía. El eco de la
energía, tan letal en los que viven dominados por sus propios pensamientos…, lo
virtual de lo virtual.
¿Qué
nos impide vivir en presente, con atención plena, velando? El miedo a la
muerte. Vivir en presente es vencer a la muerte, porque sintonizamos con la
fuente de la Vida.
La
caída, el estado condicionado del alma, como lo llama Félix Gracia, nos hace
huir del presente por miedo o, mejor –es decir, peor– por soberbia. Hemos hecho
del “seréis como dioses” nuestro mantra y el sentido de nuestra existencia.
Teníamos un propósito, que era Ser, para volver a Casa con una Obra cumplida, y
lo hemos cambiado por existir en la experiencia, sin mirar más allá de lo que
vemos. Hemos cambiado el Retorno por el torno, que nos hace girar absurdamente
sobre nosotros mismos.
“Seréis
como dioses”… Mentira, promesas de futuro, distorsión (dis – torsión), seguir
en la inercia que nos impide ver la verdad, torno enloquecido que no cesa de girar
en círculos planos, inútiles.
“Dioses
sois”: retorno, presente, verdad, pero no la del mundo, de entropía, muerte y
separación, no esa verdad virtual que validamos continuamente, sino la verdad
esencial que nos libera y nos abre (¡effetà!). Torsión, tor – Sión, regreso a
Sión. Callar y detenerse para darse cuenta de que todo era mentira… que éramos reyes haciendo de esclavos, como dice
la canción de Vicentico.
Porque
vivir en presente es actualizar el mejor de los futuros, el único real: el que
Jesucristo ganó para el que lo acepte: Hijos del Rey, herederos del Reino. Yo soy la Resurrección y la vida; el que
cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.
Por
Él, el mejor futuro, –vivirá–,
transforma el peor pasado, –haya muerto–,
unificando todo en un presente atemporal.
Con Cristo, todo es Resurrección y Vida, regreso a Casa, Obra entregada,
Misión cumplida, porque solo Él tiene palabras de Vida eterna.
Como vemos en www.viaamoris.blogspot.com, Jesús nos insta a la conversión, con-versión, effetà, ábrete, libérate, logra la mejor
versión de ti mismo, la única real, nos dice. Dame tus errores y distorsiones,
entrégamelos con alegría y confianza, suelta todo y Yo te aliviaré, y transformaré
el estiércol en flores, el error en acierto (felix culpa). Dame tu
vida, tus limitaciones, tus miserias –te dice, nos dice– y verás que cuando
Yo digo “te amo”, tu cerrazón, tu sordera, te hace oír “temo”. Es hora de que te abras, escuches, proclames
que te amo, que os amo, y vivas este presente donde ya eres lo que viniste a
manifestar. Ábrete, escucha y podrás proclamar la Buena Noticia: que ya somos
libres, que hemos escogido la única opción posible ya, y volvemos a Casa.
Morir a tu lado, Vicentico
PRESENTE
Todo
concluye al fin
nada puede escapar,
todo tiene un final
todo termina.
Tengo que comprender
no es eterna la vida,
el llanto en la risa,
allí termina.
Creía que el amor
no tenía medida,
o dejas de querer,
tal vez otra mujer.
Y olvidé aquello que una vez pensaba
que nunca acabaría, nunca acabaría,
pero sin embargo terminó.
nada puede escapar,
todo tiene un final
todo termina.
Tengo que comprender
no es eterna la vida,
el llanto en la risa,
allí termina.
Creía que el amor
no tenía medida,
o dejas de querer,
tal vez otra mujer.
Y olvidé aquello que una vez pensaba
que nunca acabaría, nunca acabaría,
pero sin embargo terminó.
Todo me demuestra que al final de cuentas
termino cada día, empiezo cada día
creyendo en mañana, fracaso hoy.
No puedo yo entender,
si es así la verdad,
¿de que vale ganar
si después perderé?
Inútil es pelear,
no puedo detenerlo,
lo que hoy empecé
no será eterno.
Creía que el amor
no tenía medida,
o dejas de querer,
tal vez otra mujer.
Y olvidé aquello que una vez pensaba
que nunca acabaría, nunca acabaría,
pero sin embargo terminó.
Todo me demuestra que al final de cuentas
termino cada día, empiezo cada día
creyendo en mañana, fracaso hoy.
¿Cuánta verdad hay en vivir?
Solamente...
el momento en que estás.
Sí, el presente...,
el presente y nada más.
Todo me demuestra que al final de cuentas
termino cada día, empiezo cada día
creyendo en mañana, fracaso hoy.
Vox Dei
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