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sábado, 16 de febrero de 2013

La luz herida




                      Rebeldes de Francis Ford Coppola, con C. T. Howell y Ralph Macchio



NOTHING GOLD CAN STAY

Nature's first green is gold,
her hardest hue to hold.
Her early leaf's a flower;
but only so an hour.
Then leaf subsides to leaf.
So Eden sank to grief,
so dawn goes down to day.
Nothing gold can stay.

                                                                         Robert Lee Frost (1874-1963)



NADA DORADO PERMANECE

El primer matiz de la naturaleza es dorado,
para mantener su verde más intenso.
Su hoja temprana es una flor
que vive tan solo una hora.
Entonces la hoja muere para caer.
Así se hundió el Edén a su pesar,
así el alba desciende día a día.
Nada dorado permanece.
 


LA LUZ HERIDA

            Los gestos de ternura del más pequeño conmueven porque son espontáneos y limpios, está libre de la contaminación inevitable que sufren los niños en nuestras sociedades de avidez y destrucción. Los escasos, disimulados, casi inadvertidos gestos de ternura del mayor, que se adentra en la terrible adolescencia, conmueven más. Son los esfuerzos del náufrago por seguir agarrado a la tabla, cuando las olas lo zarandean y el agua está cada vez más fría y más oscuro el fondo.

Los gestos de ternura del pequeño despiertan mi alegría transparente; los del mayor me salvan. Vadeando entre las sombras, sorteamos arrecifes, confusión, miedo, tristeza, pecios de otros naufragios. Siguiendo la estela de una nueva claridad, esperamos llegar a esa tierra donde el sol nunca se esconde, donde volver a empezar.

Los gestos del pequeño son pura luz; los del mayor son luz completa. Ya intuye que hay noches muy largas, y explora nuevos destellos en la luz que vibra dentro de la luz. Luz herida, superviviente luz.

 



   El Imperio del Sol, de Steven Spielberg, con Christian Bale y John Malkovich
 

La escena muestra el canto del cisne con el que Jim Graham, en un campo de concentración japonés, lejos de sus padres, se despide de su infancia,  durante la Segunda Guerra Mundial. La canción, una preciosa nana japonesa que su madre le cantaba, brota espontánea en honor de sus captores y "enemigos", a los que considera héroes.
Siempre hay guerra, dentro y fuera, cuando perdemos la inocencia infantil. El secreto para salir indemnes como Jim, o, mejor, salir renovados, renacer, consiste en conservar la semilla de otra inocencia, pura luz primordial, eternamente dorada, que nos permitirá seguir siendo libres cuando todo parezca derrumbarse.
Libres, entonces y después, por siempre libres.

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