Gratis habéis recibido, dad gratis. Mateo, 10, 8










domingo, 4 de diciembre de 2011

Mirar y ver



 Lunes
    
        Vengo de la central de Correos mientras anochece despacio. Jirones de un gris violáceo se van deshaciendo, formando manchas etéreas, inmenso caleidoscopio. Vuelvo a constatar que la belleza no está en lo que veo. La belleza de este cielo está en la mirada que logra concebirlo. Bandadas de pájaros ensayan una danza sublime. Parecería que al saberse observados intensificaran sus giros, afinaran sus piruetas. La belleza tampoco está en su vuelo, sino en la mirada que al verlo lo recrea y le da sentido.

 

Viernes

            Otra vez a Correos, recorriendo la Gran Vía hasta Cibeles y regresando por la otra acera, esparciendo presencia por el barrio. Me gusta encontrar en el buzón ese papelito blanco y amarillo que presagia un paseo lleno de revelaciones. Esta tarde el cielo amenaza tormenta. Pura plata hoy, tan hermoso como el azul mágico de ayer, como el de mañana, aún transparente. Cada día trae su propio afán y su propio cielo, que es el mismo con distinta indumentaria.




             No te dejes engañar
                                                por la memoria.              

                                                Es la primera rosa       
                                                que ves y el primer cielo.

                                                            

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