¿Por qué nos gustan tanto los regalos? Basta ir a cualquier feria de muestras para ver cientos de personas, profesionales o curiosos, con bolsas y más bolsas.
A muchos les sobra el dinero para comprar cuanto necesitan, pero les encanta recibir esos objetos promocionales que, cuando lleguen a casa o a la oficina, regalarán.
De las ferias que visité, volví cargada de regalos que enseguida cambiaron de dueño. ¿Es un hábito infantil que conservamos, o algo más profundo, una pulsión que se remonta a aquellas edades en que éramos nómadas y debíamos aprovechar lo que encontrábamos?
En algunos, esa pulsión es más fuerte y acumulan como urracas. En otros, sólo es un eco, un juego inofensivo y, según reciben, dan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario