Vivo en la calle del Desengaño. Al principio me sonaba triste, oscuro, casi gafe. Me hubiera parecido mejor o más suave calle del Desencanto o calle Melancolía, como la canción de Sabina, pero de nuevo se trataba de ver el tapiz del otro lado.
Calle del Desengaño significa calle de la Verdad: la negación del engaño, la superación de la mentira. El nombre de mi calle es luminoso, optimista y valiente, igual que la vida en la calle Desengaño, buen lugar donde recibir la luz que inspira y limpia, nos va transformando a la calle, la casa y a mí.
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