Una canción de la Tierra que gira, y de palabras acordes,
¿creías que esas eran las palabras, esas líneas verticales?,
¿esas curvas, ángulos, puntos?
No, esas no son las palabras, las palabras esenciales están en la tierra y en el mar,
están en el aire, están en ti.
¿creías que esas eran las palabras, esas líneas verticales?,
¿esas curvas, ángulos, puntos?
No, esas no son las palabras, las palabras esenciales están en la tierra y en el mar,
están en el aire, están en ti.
Walt Whitman
Sigue acercándose
mi poesía al silencio.
¿Qué meta he de alcanzar
en este viaje inverso?
Penélope no soy ni quiero ser;
destejer es el demonio
laborioso y tenaz
de los días perdidos.
¿Quedarme aquí,
en esta inesperada colina,
sin dejar que las águilas
me empujen al vacío?
O acaso más vértigo, atreverme
a asomarme al infinito
de la Palabra que no he de decir,
pues ya fue dicha
y resuena en el alma
que confía y espera.
No voy a resignarme
a cimas falsas,
cuando intuyo esa cumbre
que sueñan los poetas
y ninguno ha alcanzado.
Entender con la mente
y el corazón de todos los hombres
o de un solo hombre,
del Hombre,
que al principio era el Verbo,
y al final siempre el Verbo.
Somos el negativo
de una figura eterna,
anhelando esa luz que nos devuelva
el perfil esencial,
bajo un cielo fiel que nos bendiga,
nos haga aparecer.