Me hago preguntas y las mantengo. Espero lo necesario para obtener respuesta: un instante, varios días, años o toda una vida.
El tiempo es lo de menos, lo de más es la pregunta y su latido, la frecuencia en la que vibra. Lo de más es la pregunta, la espiral generosa donde fue concebida. Lo de más es el silencio que la rodea mientras sobrevuela el verso o la mirada, hacia un cielo cada vez menos lejano.
El tiempo es lo de menos, lo de más es la pregunta y su latido, la frecuencia en la que vibra. Lo de más es la pregunta, la espiral generosa donde fue concebida. Lo de más es el silencio que la rodea mientras sobrevuela el verso o la mirada, hacia un cielo cada vez menos lejano.
Me hago preguntas y las libero. No pesan, no lastran el navío en la breve travesía. Gaviotas o albatros que inspiran y acompañan, van dando pistas para que al arribar a puerto hayan sido, ojalá, respondidas por uno mismo.
Me hago preguntas, las suelto, las saludo de vez en cuando, las acaricio, las recuerdo mientras sigo navegando.
Me hago preguntas, las suelto, las saludo de vez en cuando, las acaricio, las recuerdo mientras sigo navegando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario