El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor;
el Señor se fije en ti y te conceda la paz.
Números 6, 24-26
Dar una bendición crea aquello que dice. La bendición tiene que ver con la afirmación de la bondad original del otro.
Henry Nouwen
Entremos en el nuevo año con alegría y confianza, saliendo definitivamente del sueño que nos impide reconocer nuestra bondad esencial. Acojamos con gratitud y buen ánimo la bendición que el Señor nos ofrece sin cesar, conscientes de que Él, fiel a su promesa, está con nosotros siempre (Mt 28, 20), en cada acontecimiento, cada encuentro, cada ausencia, cada palabra, cada silencio, cada alegría y cada tristeza, porque nada ni nadie nos puede separar de Su amor (Rom 8, 38-39).
Teniéndole a Él de nuestra parte, nada logrará abatirnos ni robarnos la paz. Entonces, como decía la optimista y audaz Juliana de Norwich hace más de seiscientos años, todo irá bien, y todo irá bien, y toda clase de cosas irán bien (all shall be well, and all shall be well, and all manner of things shall be well).
No hay comentarios:
Publicar un comentario