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viernes, 21 de noviembre de 2014

El Rey del Universo nos recuerda que el infierno es no amar. BSR V


Evangelio de Mateo 25, 31-46 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga en su gloria el Hijo del Hombre y todos los ángeles con él se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid, vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?” Y el rey les dirá: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. Y entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también éstos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?” Y él replicará: “Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de estos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.” Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna.” 



                               No more hell to pay, Stryper, la banda de heavy-glam cristiano



El peregrinaje al lugar de los sabios consiste en encontrar cómo escapar de la llama de la separación.
                                                                                                                        Rumi
 

              En una lectura rápida, el tono del Maestro en su anuncio profético de hoy parece amenazador, alarmante, inflexible. Con una lectura más atenta, entendemos que está mostrándonos el funcionamiento de la Ley del Amor, con una constatación serena y objetiva, neutra. Pero si profundizamos aún más, nos vamos acercando al corazón de Su Enseñanza. Jesucristo, Rey del Universo, Uni-Verso, Uno, Único, el verdadero no-dualista, la Esencia original, la Unidad, el Verbo encarnado, muerto y resucitado para que todos seamos Uno en Él.
 
Jesucristo, Rey del Universo, Amor de los amores, Luz del mundo…Cuando uno Le encuentra, se encuentra también consigo mismo, su auténtico Sí mismo, y descubre, como Dostoievsky, que el infierno es el tormento de la imposibilidad de amar.

Es cierto que, para rescatar a alguien que se ahoga, antes hay que aprender a nadar, y que, como afirma Edith Stein, uno puede salvar a los demás en la medida en que se salva a sí mismo, pero, cuando uno se reconoce justificado por el Amor, no quiere, no concibe siquiera, salvarse solo, porque el camino de la salvación, como nos enseñó Jesucristo, de palabra y de obra, es el camino del amor.

Y, si amamos de verdad, desde la certeza del que se sabe amado, porque Él nos amó primero, concebimos la salvación como un abrazo infinito y eterno, que nos hace entender la oración de Al Bistami: ¡Oh Señor!, si has previsto que has de torturar a una de tus criaturas en el infierno, ¡dilata allí mi ser, de modo que no quepa nadie más que yo!

Vivir ya en el Reino pasa por el olvido de sí y el  Recuerdo de Sí, la pobreza de espíritu que hace morir a uno mismo, negarse a uno mismo para descubrir al Otro, y a los otros en Él. Solo así es posible el amor; solo donde hay "nada", puede crearse el amor. Dice la Theologia Germanica: "El "yo, mi, mío" del diablo fue la causa de su caída… Pues él sí mismo, el yo, el mí y análogos, pertenecen todos al Espíritu Maligno. En el infierno no hay nada más que la voluntad propia; y si no hubiera ninguna voluntad propia, no habría diablo ni infierno.”

Es hora de abandonar el deseo y la inercia de seguir acumulando experiencias de separación y dualismo, mentira existencial, causa, siempre, de sufrimiento. Es hora de volver a Casa. 
              Y el Camino de Retorno consiste en descubrir que no hay nadie aquí abajo. Y el que parece haber, pobre “virtual”, tan ruidoso, jactancioso y patético, sólo llega a Ser si conecta con su Esencia Original, si se referencia a lo Real.
              Entonces será, seremos, capaces de decir: "No yo, sino Cristo en mí" (Gál 2, 20). Porque Cristo es el Rey, lo Real, el Original que espera, inspira, llama, guía..., muy cerca de ti y de mí... Tan cerca..., tan dentro...


 
 Demonios, Estopa y El Bicho
 
Frío, olvido, soledad, miedo, sueño, desamor, el infierno aquí y ahora, si nos vivimos separados y no nos damos cuenta de que somos Uno, por el Amor que mueve el sol y las estrellas.
 
 

No estás bajo el poder de ningún otro enemigo, no está sometido a ninguna otra cautividad, y no necesitas ninguna otra liberación que de tu propio yo terrenal. Él es el único asesino de la vida divina en ti. Es tu propio Caín que mata a tu propio Abel. 
                   William Law
 
 

Cielo e infierno están en todas partes, porque se despliegan universalmente… Tú estás, pues, en el cielo o en el infierno… El alma tiene el cielo o el infierno dentro de sí misma.

                            Jacob Boëhme

 

sábado, 15 de noviembre de 2014

Los talentos y el Recuerdo de Sí


Evangelio de Mateo 25, 14-30 

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata; a otro, dos; a otro, uno; a cada cual según su capacidad. Luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de un tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor”. Se acercó luego el que había recibido dos talentos, y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor”. Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.”


                                                        Hombre cósmico, Leonardo Da Vinci


Hombres a quienes ni el negocio ni el trueque distraen del recuerdo de Dios.
   
                                                                                                                Sura de la Luz

 

Llamó a mi corazón, un claro día,
con un perfume de jazmín, el viento.

—A cambio de este aroma,
todo el aroma de tus rosas quiero.

—No tengo rosas; flores
en mi jardín no hay ya; todas han muerto.

Me llevaré los llantos de las fuentes,
las hojas amarillas y los mustios pétalos.
Y el viento huyó... Mi corazón sangraba...

Alma, ¿qué has hecho de tu pobre huerto?
 
                                                                    Antonio Machado
 

            Hoy sé que el huerto, el jardín, la viña, la casa construida sobre roca…, la Obra es uno mismo. La Obra eres tú y soy yo, cada uno que llega a ser consciente de sí dentro del Todo y consciente del Todo dentro de sí. Integrado, transformado, unido, Uno… Amor, fuego que acrisola, disolución de lo que no es para que quede lo que no se quemará.

Mi Padre sigue actuando y yo también actúo (Juan 5, 17)... Actuar, tener, hacer, Ser… Unidos al Verbo; por Él, con Él y en Él. En Su abundancia, Su potencia, Su valentía, Su fidelidad…

El que esconde la moneda por miedo es el hombre dormido, que no se da cuenta de la Vida que Es en él. Desconectado de su esencia original, no vive, sobrevive, separado, en la inquietud, la dispersión, la carencia, la experiencia, la mentira.

            Los que ponen a trabajar los talentos y multiplican la riqueza que les ha sido confiada son siervos fieles, verdaderos discípulos. Como dice Angelus Silesius: Cristiano, todo lo que hagas, recúbrelo de oro*,  o Dios no te será propicio, ni a ti ni a tus obras.” (* oro del amor).
 
 

                                           Copying Beethoven, Agnieszka Holland, 2006
 
 

Si nos refugiamos en lo seguro, en lo aparentemente estable, no podemos alcanzar los verdaderos tesoros, el oro espiritual destinado a los valientes. Oro, adoro, ad–oro, hacia el oro… Superemos límites, salgamos de las madrigueras, despertemos y pongámonos manos a la Obra sin miedo ni deseo, sin expectativas, sin búsqueda de recompensa, por amor al Arte, por amor a Dios.  

 

                           Mi Señor, ¿Qué sucedería si no hubiera Paraíso ni Infierno?
                           Se vería quién adora realmente a Dios.
                                                                                                           Jarraqani

 
 
 
 
Dios esté en mi cabeza, Sir Walford Davies
 
 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Lo que no se quemará

  
          ¿Qué se quemará? El tabernáculo, la tienda que nos hemos tejido (el cuerpo de nuestros pensamientos, sentimientos y fantasías), salvo si se teje con oro cequí, es decir, con un deseo incontaminado de fuga del mundo. “Todos quedarán curados por el fuego”, advierte san Pablo: reducidos a cenizas como víctimas inmoladas. Quien se someta con gozo verá cómo se vitrifican sus cenizas, pasará a ser como un astro.

                                                                                                                      Elémire Zolla


                                               La Magdalena penitente, Georges de La Tour


Día de Todos los Santos, y mañana Día de Difuntos. Noviembre, mes para pensar la muerte, recordar que somos mortales, y también inmortales. Hace tiempo que lo recuerdo constantemente, que conviven en mí la muerta y la resucitada, cumpliendo cada una su función, entrelazando días en el tapiz de lo eterno, con el hilo invisible y duradero de la consciencia.
Los párrafos que siguen son apuntes tomados a vuelapluma en la duermevela posterior al sueño de la noche, donde tanto aprendo y tantos multiversos recorro. Destellos, resplandores, revelaciones acaso, que a mí me saben y me suenan a verdad. Por eso los comparto con esos dos o tres poetas capaces de ver los frutos y las flores del asombro. A los teólogos y a los guardianes de la ortodoxia, les ruego que sean indulgentes y disculpen el atrevimiento de quienes se acercan al Misterio con el temblor irracional de los enamorados.




                                                    Canto de los muertos, Monjes ortodoxos

             ¿Mantendremos la individualidad? ¿O dejaremos de ser olas, para fundirnos en el Océano? Las dos cosas, pero no sucesivas, sino simultáneas, porque somos todas las posibilidades en una plenitud inagotable.
             ¿Cómo va a crear Dios individuos tan perfectos, cómo va a hacerse Él mismo el individuo divino y sublime que es Jesús, para disolvernos y disolverSe en Sí mismo?
             Sí que puede, y lo hace, pero manteniendo tanta belleza y diversidad a la vez. Soy luz en Él y puedo mirarle cara a cara. Soy amor en Jesucristo, un solo amor sin límites ni formas, Uno; pero también podemos ser dos, para mirarnos a los ojos, figuras y formas enamoradas, que quieren seguir amando.   
            Sé que es así; Él me dice que es así. Como ha creado el mundo, crea el mundo nuevo. Estamos en el Verbo –al principio era el Verbo–, y también en la Parusía, nuevos cielos, nueva tierra.
 

           
            Cristo ya bajó a "los infiernos" en el horno de Nabucodonosor. Él está prefigurado en el cuarto hombre que acompañó a los tres valerosos jóvenes entre las llamas. “El cuarto de ellos parece un hijo de dioses” (Dan 3, 92).
          Él nos da una redención y una resurrección verticales. Ahora comprendo el verdadero sentido de la palabra vertical. Estoy aquí y allí: aquí, en la gran tribulación, purificando, sufriendo conscientemente cuando hace falta, agradeciendo, aprendiendo a amar y soltar; y allí, en la Jerusalén celeste, junto a Él, feliz y libre. Y, aún más allá, o más dentro, una con Él.
           

                                            Ananías, Misael y Azarías, Simeon Solomon

            
            Solo envejece y se deteriora el cuerpo físico, el que no somos y por eso está destinado a desaparecer; pero no del todo. La materia glorificada del que ha resultado vencedor frente al mundo, empapa y recubre a la vez lo que queda, que es todo, porque lo bello, lo luminoso, lo real del cuerpo físico permanece en los cuerpos superiores.
Ser consciente ya de esos cuerpos interiores/superiores. Vivirte ya en ellos, para que cuando dejes la cáscara que es el cuerpo físico, no te cueste abandonarlo, porque sabes que no es más que un vestido viejo, solo un reflejo de los cuerpos destinados a perdurar.



Escena censurada en España de la película Barrabás (1961),
de Richard Fleischer, basada en la novela de Pär Fabien Lagerkvist  


¿Qué asustaría al censor español de esta enigmática escena? ¿La mala cara de Lázaro? ¿Sus ambiguas y poéticas reflexiones sobre la muerte y la vida? ¿Esperaba que hablara de un cielo con angelitos mofletudos tocando arpas? ¿O acaso de un venerable anciano de larga barba blanca, recibiendo a los "buenos"?
 
 
 
Todos quieren mejorar su suerte de agonizantes, pero muy pocos intentan escapar definitivamente de esta condición lamentable. 
                                                                                                                    Louis Cattiaux

                      
Porque todos nos parecemos, de algún modo, a Lázaro en su oscuro sepulcro silencioso, sin la música de la vida; y añoramos que una voz clara y poderosa nos ordene que salgamos afuera.
Después de que Jesús lo resucitara, Lázaro había escapado por un tiempo, unos años, de la primera muerte, la que tanto tememos a pesar de ser la más inofensiva, un simple tránsito. 
            Si supiéramos cuánta sangre agonizante fluye por nuestras venas, y pudiéramos transformarla en vida, alquimistas de nuestra propia existencia. Si lográramos tener el valor necesario para lanzar una flecha al centro de esa muerte disfrazada de tiempo y bienestar, con el arco de la entrega tensado por una decisión firme y consciente... Entonces seríamos capaces de vencer a la muerte eterna, la definitiva.
  Aún estamos a tiempo de que nuestros nombres se escriban en el libro de la vida, para no ser arrojados, junto con Muerte y Abismo, al lago de fuego, que es la muerte segunda (Ap 20, 14-15).
 

 
 
  El infierno, El Bosco
 
 
Desgraciado quien no haya amado más que cuerpos, formas y apariencias.
La muerte le arrebatará todo. Procurad amar las almas y un día las volveréis a encontrar.

Víctor Hugo


            Moriremos solos; cualquier consuelo humano, cualquier apoyo de carne y sangre nos serán negados. ¿Por qué no ir acostumbrándonos a esa soledad absoluta, desde la que morir será caer en los brazos del Padre? ¿Por qué no evocar esos brazos fidelísimos, cada vez que sentimos la tentación de creer que en un abrazo de carne mortal está nuestra paz, nuestra alegría? ¿Por qué no atrevernos a apostar a lo grande, ahora que sabemos que nuestro destino no está unido a nombres, cuerpos, formas, apariencias? ¿Por qué no amar con esta comprensión integradora que trasciende lo perecedero, para encaminarnos hacia el Reino de la Unidad, donde no habrá más amores limitados, exclusivos, condenados a apagarse como un fuego débil, mal prendido? ¿Por qué no avivar desde hoy mismo ese fuego sutil que pocos son capaces de encender o sentir o apreciar? Ay del que no multiplique sus talentos… ¿Por qué no abrasarnos ya en la llama de amor viva, capaz de transformarnos?

  
                                      TESHUVAH

            Una sola palabra
que el corazón comprende
basta a veces para encontrar
la paz y el sentido, el centro,
su aliento de crisol
Una sola palabra
basta para arder sin consumirse,
en medio de la llama
el corazón, ardiendo sin quemar.

 
Todos pierden su tiempo y su vida ante Dios: creyentes e impíos, honrados y criminales, trabajadores y holgazanes, inteligentes e idiotas, ascetas y libertinos, sabios e ignorantes, genios y mediocres, gloriosos e ignorados, diestros y torpes, jóvenes y viejos, ricos y pobres, civilizados y salvajes, todos, excepto el que busca locamente a su Señor aquí abajo sin distracción ni reposo, excepto el que pone mano en el limo primero y hace la obra de Dios.
                                                                                                                        Louis Cattiaux


TÚ NO SABÍAS QUE LA MUERTE ES BELLA

Tú no sabías que la muerte es bella,
arrastrabas errores enormes,
como el socio de Scrooge su cadena
de pecados o ignorancia o tristeza.

Creías vivir esquivando los golpes
del tiempo y del dolor contra tu pecho
sin recordar que siempre hay que morir
para nacer de nuevo
o nacer de verdad.

Tú no sabías que la muerte es bella
hasta que viste su rostro azulado
mirándote sereno en cada mar.