ESE GIRO
Me
separa de todo ser y de toda
cosa mi
cuerpo, nada más que mi cuerpo.
Antonio
Porchia
Cada aliento parecía el primero,
como si respirar no hubiera sido
hasta entonces necesario.
El mismo mar con una playa nueva
y el mismo cuerpo de hace tantos años
dejándose abrazar
por el agua, por el sol y por el viento.
Y, de pronto, ese giro que he buscado,
esa vuelta tanto tiempo anhelada,
esa renovación de la mirada
que me hace derribar todos mis diques.
Y soy torrente claro y poderoso
que se funde con el mar,
con la luz, con el aire y esa anciana
de rostro marchito, de repente joven,
fértil como la tierra que me acoge,
mientras se deja acariciar
por esa brisa fresca de amor ilimitado,
de plenitud, de libertad perfecta
en que me convierto,
o sólo en un instante
feliz he recordado.
Dialéctica del asombro